Los autónomos societarios son una figura cada vez más común en el mundo empresarial. A menudo, se confunde esta figura con la de un trabajador autónomo, pero la realidad es que son dos cosas muy diferentes. En este artículo, explicaremos qué es un autónomo societario y cuáles son sus características principales.
Un autónomo societario es una persona que trabaja de forma autónoma para una sociedad mercantil, es decir, una persona física que realiza su actividad profesional bajo la forma jurídica de una sociedad. Esta figura se utiliza mucho en el ámbito de las pymes y empresas de tamaño medio.
La principal característica de los autónomos societarios es que no son trabajadores por cuenta ajena. Es decir, no tienen un contrato laboral con la sociedad para la que trabajan, sino que prestan sus servicios de forma autónoma, como cualquier otro autónomo. Sin embargo, a diferencia de un autónomo tradicional, los autónomos societarios están vinculados a una sociedad mercantil.
Uno de los principales beneficios de ser un autónomo societario es la responsabilidad limitada. Al trabajar para una sociedad, el autónomo societario no es responsable de las deudas de la empresa. Por lo tanto, si la sociedad entra en bancarrota o tiene problemas financieros, el autónomo societario no será responsable de las deudas de la sociedad.
Otra ventaja importante de ser un autónomo societario es la posibilidad de acceder a financiación y recursos que no estarían disponibles para un autónomo tradicional. Las empresas suelen tener más facilidad para acceder a créditos, préstamos y otros recursos financieros, lo que a su vez beneficia al autónomo societario que trabaja para ellas.
En cuanto a las obligaciones fiscales, los autónomos societarios tienen que pagar impuestos como cualquier otro autónomo. Sin embargo, al trabajar para una sociedad, es la propia sociedad la que se encarga de gestionar la contabilidad y pagar los impuestos correspondientes. Además, los autónomos societarios pueden deducir muchos gastos relacionados con su actividad profesional, como el alquiler de una oficina o los gastos de material.
En resumen, los autónomos societarios son una figura cada vez más común en el mundo empresarial. Esta figura combina la independencia y flexibilidad del trabajo autónomo con los beneficios y recursos que ofrecen las empresas. Si estás pensando en convertirte en un autónomo societario, asegúrate de conocer todas las responsabilidades, riesgos y beneficios que implica antes de tomar una decisión.